Un libro del Coronel Fernando Mollá Ayuso
Indudablemente es frecuente en el mundo de la milicia encontrar autenticas sagas de militares, familias que a lo largo de los siglos entregaron a la Patria lo más leal y lo mejor de sus entrañas. Esta tradición, que es extrapolable a otras profesiones, da realce y prestancia a una nación. Naciones de rancio abolengo, viejas y gloriosas naciones que conocieron la gloria y sangraron como nadie a lo largo de su dilatada vida. Sin duda existieron laureados y espléndidos soldados que de forma individual, saliendo de cunas ajenas a la milicia, alcanzaron el culmen de la gloria y sirvieron de forma ejemplar a su Patria... Al fin y al cabo que “nadie espere que ser preferido pueda por la nobleza que hereda, sino por la que él adquiere; porque aquí a la sangre excede el lugar que uno se hace y sin mirar como nace se mira como procede”. Pero si en España hay una casta que reúne ambos valores, el de la cuna y el del proceder, esa es la saga Mollá… Caudal de nobles y honrados soldados que sirvieron a España durante siglos. Sabemos que en 1808, un sargento 1º de granaderos del Rgto. de Infantería de Línea Jaén, llamado Paco Mollá, se batió heroicamente en la batalla de Bailén alcanzando la gloria, aunque sucumbió posteriormente en el combate de Medellín contra los imperiales napoleónicos. La familia Mollá siempre llevó a gala el descender de este heroico y curtido sargento 1º. Durante generaciones esta familia dio a España esforzados, valientes y honrados soldados. Me gustaría hacer una mención al General D. José Manuel Mollá Ayuso, a sus hermanos el Coronel Fernando Mollá, Luis Mollá y tantos otros… Vaya un especial recuerdo a Carlos, trágicamente fallecido durante la marcha verde siendo oficial del Tercio.
Coronel Fernando Mollá, Alfonso Rojas y el Gral. José Manuel Mollá, en pleno campo de batalla de la campaña de Bailén |
Hoy quiero hacer referencia expresa a mi buen amigo el Coronel Fernando Mollá Ayuso, que adornando a sus virtudes militares acompañan las de la buena pluma, el conocimiento de la historia militar y la capacidad narrativa y literaria. Autor de diversas obras como “Postales de Paz”, “La bella inútil”, “El llanto del cedro”, “Por fin Arapiles”, escribe ahora de forma magistral una interesantísima obra sobre un personaje extraordinario de nuestra historia, el Gral. Prim, catalán, español, héroe de Castillejos… "Tenéis derecho a abandonar la mochila porque es vuestra, pero nunca abandonaremos la bandera de nuestra Patria, quien quiera seguidme que lo haga”; y enarbolando la bandera del Rgto. Córdoba 10 se adentro a caballo hasta las filas enemigas siendo seguido por soldados y sus voluntarios catalanes, conduciéndolos finalmente a la victoria… Un libro de obligada lectura para los amantes de la historia de España. Os dejo con Fernando Mollá.
Alfonso Rojas Salcedo
Presidente
Círculo de Amigos de las Fuerzas Armadas
Reciente homenaje en Madrid al Gral. Prim y colocación de una placa en su memoria |
En diciembre del año 2014 se cumplirá el segundo centenario del nacimiento en Reus del General Prim.
Fueron tantas las circunstancias, tan macabras y tan extraordinariamente extrañas las que acompañaron su prematura muerte, que arropado en ellas, que cobardemente el tiempo ha tendido un injusto velo de olvido sobre su fascinante vida, que fue lo que en realidad le hizo grande, pues don Juan Prim no necesitaba ser tiroteado a quemarropa a la joven edad de cincuenta y seis años para pasar a la posteridad, ya que aquello fue lo que escribió él mismo, con su sangre viva corriendo vehemente por sus venas, y con su deficiente escritura aunque de brillante contenido, pero el ansia de morbo que sufre nuestra sociedad hizo en su momento, como sigue haciendo ahora, que la gente se obsesionara con aquella pregunta que la política de Cánovas del Castillo se empeñó en dejar sin respuesta, aunque todo el mundo cree saber, o sospecha, con fundados criterios, tanto quién fue el que ordenó el abran fuego de aquellos fúnebres trabucos, quienes apretaron físicamente los gatillos, o quién el que financió la operación para truncar la existencia del gran prohombre que fue, pero al margen de ello, el General Prim vivió una vida que ya mereció un Episodio Nacional a cargo de su contemporáneo Don Benito Pérez Galdós.
Cuando alguien que ha abrazado la carrera militar en tiempos de guerra y convulsión alcanza el empleo de Coronel en sólo seis años de dura y larga contienda fraticida, algo ha hecho de especial, y cuando lo hace con la firma testimonial de ocho heridas en combate sobre su piel, algunas de ellas en lucha cuerpo a cuerpo, otras por las azarosas trayectorias de las balas disparadas sin puntería determinada, es que ese hombre tiene algo más que “baraka”.
Don Juan Prim acudía y aludía a aquella suerte moruna, su “baraka”, para justificar sus salidas airosas cuando resultaba indemne en situaciones en que la lógica de la guerra no contempla otra opción que la muerte, pero no puede ningún tipo de suerte llevar a las bocamangas de algún uniforme militar esas divisas de Coronel sin que concurran los méritos ganados con sangre y golpes de sable de hoja de acero bien templado.
El de Reus fue diputado en las Españolas Cortes de Madrid por diversas localidades catalanas a la joven edad de 27 años siendo el más joven de todos sus compañeros de hemiciclo, y por ello secretario. Fue además un hombre inquieto, romántico, soñador, vehemente y luchador, amante de todo, de la vida dura de campaña, de los placeres de la alta sociedad, de los titubeos de amantes de mujeres, y de la de más amante todavía, de esposo y padre.
Fueron sus méritos los que le granjearon puestos solicitados unos, los de mayor riesgo y fatiga, o designados, de mayor carga administrativa y coyuntura los demás, pero fueron los territorios lejanos e ignotos de las Españolas Provincias de Ultramar los que le vieron ejercer de Capitán General, en Puerto Rico, a efectos prácticos casi un virrey, y otras igual de ignotas y apasionantes, de observador militar internacional en Turquía para la Guerra contra los rusos en Crimea, y como Teniente General jefe de un Cuerpo de Ejército en la Guerra de África, y fue siempre, en todos estos tiempos y momentos, el más fiel amigo de sus amigos y el más incómodo y hostil rival de sus enemigos.
Prim fue también un hombre divertido, alguien que sabía encontrar y acudir a la risa y el solaz cuando la situación lo permitía, pero no se permitió un descanso cuando los suyos no podían descansar.
Cincuenta y seis años de vida nos lo presentan empuñando un escuálido fusil o un sable bizarro según las divisas que ostentara en sus bocamangas, o portando levita y chistera, pero, le veremos también agarrado a una bota de vino, riendo y departiendo con sus amigos, o reunido en interminables sesiones de Consejos de Ministros y por supuesto, conspirando, como parecía obligado en los tiempos que vivió.
Gral. Prim. Batalla de los Castillejos |
Prim fue el hombre más aclamado de la España de la época, y fue también abucheado, abroncado, amado y odiado, castigado con prisión, destierro soportando sentencias de pena capital, y premiado con títulos nobiliarios y los más altos empleos militares, amigo íntimo de emperadores y reyes, súbdito de reyes y reinas, objeto de deseo de potenciales repúblicas que lo querían para sí, como si fuera el que inevitablemente hubiera de presidirlas, caso de haber visto la luz en sus días, objeto de las más radicales iras de los borbones despechados por el alejamiento del trono que sufrieron por mor de sus decisiones, y demonizado por los ricos hacendados cubanos que veían peligrar sus fortunas y florecientes granjas de La Habana ante la supresión de la esclavitud que él propugnó, fue también el hombre visionario que supo ver como nadie la inmensa potencia emergente que acabarían por ser los Estados Unidos de América, más solicitado por las Logias masónicas que solícito con ellas, y siempre, por encima de cualquier otra consideración, el más amante de los hijos, que nunca abandonó a su madre por la que sintió el amor más inquebrantable durante cada uno de los días de su vida.
España habría sido otra, sin duda, si Juan Prim hubiera vivido los años que la trampa asesina de la calle del Turco le robó.
Al cumplirse el bicentenario del nacimiento de tan inigualable prohombre de la historia de España, he querido dar a conocer la auténtica talla humana de este reusense que a todos nos hace sentir orgullosos al oír pronunciar su nombre, o al ver su imagen a caballo en su estatua de la plaza, que orgullosa lleva su nombre, en la ciudad que le vio nacer.
Prim no debe bajar jamás de su caballo, porque esa imagen le hace justicia, pero cuando se desmonta, se descubre a un personaje que de puro estilo, caballerosidad y vehemencia, se convierte en una persona cuya vida no puede ser ignorada en ninguno de los capítulos vividos.
“Juan Prim, de Reus a la calle del Turco”, es el título de la biografía novelada que he escrito para todos los reusenses, y cada español, porque Prim es de Reus, y es de toda España, porque Prim es español, y lo es del mundo, porque del mundo fue ciudadano.
Fernando Mollá Ayuso
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