VERGÜENZA es el sentimiento que muchos de nosotros experimentamos ante la noticia de la integración de este militar del EA, en la reserva por suerte, en un conglomerado político de extrema izquierda. Vergüenza y desolación. Vergüenza ajena y vergüenza propia por habarse dado la circunstancia de que este militar con un currículum tan pobre como pobre es lo lucido en la pechera de su uniforme dado su empleo, aupado presuntamente por circunstancias políticas, haya llegado a ser lo que fue. ¿Quienes fueron los responsables de su ascenso a Gral. y posteriores ascensos fulgurantes dentro del generalato?. Era obvio entre bastidores el hacerlo en el PSOE, cosa que por cierto que hubiera resultado aceptable y no hubiera merecido contestación alguna. Pero ¿en la extrema izquierda?... A mi juicio este Sr. además es un TRAIDOR, traidor por entrar en una formación política que no defiende la unidad de España, que está en contra del sistema, desde donde se defiende a republicas dictatoriales en las que no se respetan los derechos humanos, traidor por aliarse con los que desprecian la bandera de la Patria, a la que juró lealtad y derramar hasta la última gota de su sangre por defenderla, abrazando una anticonstitucional, con los que abogan por no respetar el marco legal constitucional, por los que defienden la salida de nuestras FFAA de los tratados de alianza militar a los que pertenecemos..... y así podríamos seguir hasta no sé donde, pero no merece la pena, mayor es el DOLOR que sentimos de ver a quien ha vestido el uniforme militar de general de cuatro estrellas fotografiándose con esos personajes de la extrema izquierda que representan el más apasionado antimilitarismo, la lucha de clases, y la lucha contra los valores consustanciales a la milicia. Porque no nos engañemos, que por mucho que ahora intenten vestirse de seda de extrema izquierda se quedan, con ideales ya fracasados, obsoletos y propios del s. XIX, ¡a eso le llaman cambio!
Desde este foro declaramos a Julio José Rodríguez persona “non grata” por considerar que ha traicionado aquello que en su día juró y a la institución que a sus ordenes llegó a tener.
¡¡VERGÜENZA!! ¡¡TRAICIÓN!!! y ¡¡DOLOR!!
Así lo sentimos. Ojalá que por el bien de España, de nuestras Fuerzas Armadas, del honor de los que las integran vistiendo su bendito uniforme y de los que sin pertenecer a ellas lo hacemos con el corazón y afán de servicio, este personaje siniestro fracase en su intento. ¡Al cielo encarecidamente se lo pedimos!
Alfonso Rojas Salcedo
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