Vista de Castellar |
En un pequeño pueblo de España, llamado Castellar, en la provincia de Jaén, ocurrió el pasado sábado día 11 de septiembre un acontecimiento que me dejó muy gratamente sorprendido. Había oído hablar de este hecho, que inmediatamente pasaré a contar muy brevemente, pero nunca pensé que en su humildad pudiera contener tanta grandeza, una grandeza que solo se puede conseguir desde la más sencilla autenticidad, desde lo que se hace con el corazón, por sentimientos, por amor, a pesar de todo, sin la ostentación del poderío político y económico. Allí, en Castellar, el pueblo, algunos guardias civiles y representantes de nuestras Fuerzas Armadas junto a un puñado de buenos españoles que hasta allí se desplazaron para ver lo que en términos taurinos se podría definir como “una buena faena de Curro Romero en una pequeña plaza de pueblo”. Sí de pueblo, de un pueblo sorprendentemente precioso, situado en la comarca del Condado y con alrededor de 3.500 habitantes. Desde hace algunos años, en Castellar, la Hermandad de Quintas jubiladas realiza un homenaje a la bandera de España y a los “quintos” que por razones de edad pasan a la situación de retiro. Sí, en esta ocasión a las quintas de los años 1971 y 1972, aquellos “quintos”, soldados de España, que un día fueron a “servir” en la “mili” obligatoria y que hoy con más de 60 tacos quisieron formar de nuevo para de forma totalmente voluntaria besar la bandera de España, la misma a la que en su día prestaron juramento. Y lo han hecho porque han querido, por que así lo han sentido, sin nada a cambio, a pesar de toda la porquería que está cayendo, y de camino todos los que estuvimos allí tuvimos el honor de besarla también y de compartir aquel aire que tan bien llega a los pulmones y aquellos momentos tan intensos, tan sinceros.
Eran poco menos de las 11h. de un día de sol intenso, de un sol español, de un sol andaluz, en una plaza rodeada de viejos árboles bajo cuya sombra lucía un hermoso altar de campaña. A un lado los “quintos” y sus familias, en el centro el altar amorosamente preparado para la ocasión, al otro algunos asientos para las autoridades, amigos e invitados y entre los que destacaban el alcalde de Castellar, un teniente general, un coronel de artillería, otro de infantería, varios jefes, oficiales, suboficiales, varios reservistas voluntarios de diversas armas y empleos, miembros de la Guardia Civil, y algunos presidentes de Asociaciones de amigos. Pintaba excelente la mañana, el sol era de justicia en algunas zonas exentas de sombra…. entre las que yo me encontraba. ¡Bendito sol de España con el que luce más hermosa nuestra bandera roja y gualda¡. A la hora prevista, el presidente de la hermandad, el Teniente Coronel D. Andrés Iniesta dio la bienvenida y agradeció la asistencia a todos los presentes. Especiales y emotivos recuerdos para el caballero cabo legionario D. Ángel Javier Gómez Villar, vecino del pueblo, fallecido recientemente en Paracuellos del Jarama en un salto paracaidista y del que tuve el honor de poder trasmitir mi respetos y ánimos a sus afligidos padres, allí presentes, en nombre de todos los que formamos el CAFAS. Tras el reglamentario permiso de la autoridad militar, hizo su entrada en la plaza, bajo las notas del himno nacional, la bandera de nuestra Patria portada nada menos que por un capitán de la Guardia civil con la custodia de tres suboficiales de la Reserva Voluntaria, uno del Ejército de Tierra, otro de la Armada y otro del Ejercito del Aire…..y todo ello solo por sentimientos, en ese pequeño pueblo español que se llama Castellar y al que ya muchos de nosotros llevamos en el corazón. Y tras la bandera, la misa, y el recuerdo a los caídos, la corona de laurel, “la muerte no es el final”y las palabras del Pater que fueron bellas para los que visten de uniforme, pues hizo referencia a los que entregan su vida dentro y fuera de la Patria sirviendo a los más débiles, protegiendo la paz, ayudando a los pueblos, persiguiendo a los causan el terror. Y ¡como no!, sonó “banderita” y los quintos y sus familias besaron la bandera, y todos los que estábamos allí salimos y la besamos también pues para besar a España solo hay que sentirla dentro. Después vinieron los abrazos, las caras de alegría los buenos sentimientos, la amistad, la buena mesa, el compartir los buenos momentos, las risas, los chistes, los chascarrillos, y tras la “entrega de despachos a los quintos” …… ¡cada mochuelo a su olivo!
¡¡¡¡¡¡Enhorabuena Castellar!!!! ¡¡¡¡Enhorabuena Presidente!!!! ¡¡¡¡Un emocionado recuerdo para el cabo legionario Ángel Javier Gómez Villar!!!!, y sobre todo: ¡¡¡¡Enhorabuena y muchas gracias a los “Quintos” de las “Quintas” del 71 y del 72 !!!! ¡¡¡¡Olé por todos vosotros!!!! ¡¡¡¡Vaya un faenón que hicisteis, al más puro estilo currista! ¡¡¡¡Qué bonito!!!! y ¡¡¡¡qué sencillo!!!!!
Alfonso Rojas Salcedo
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