(Amigo Iván, no nos vamos a olvidar de ti)
El pasado día 7 de marzo el Caballero legionario Iván Castro Canovaca fue herido en combate por las fuerzas insurgentes o talibanes en Afganistán, en medio de una encerrona que les habían preparado, la herida era de gravedad entrándole el proyectil a la altura de su hombro derecho, atravesándole ambos pulmones y alojándose en la axila, librándose de milagro de una muerte segura, quizás por ese "Detente bala" que portaba en su pecho. Pero todo esto, donde y como ocurrió ya se ha relatado claramente en el parte emitido por el mando de la Legión destacado en Afganistán en la base Bernardo de Gálvez II.
Lo que paso a narrar es lo que ocurrió en aquellos días posteriores cuando recibo la llamada del Presidente del Círculo de las FF.AA D. Alfonso Rojas Salcedo que meses antes, allá por Octubre de 2011, había organizado un fantástico acto en su ciudad, que con la presencia de La Legión, VIII Bandera "Colon", se quiso homenajear a esta e izar la bandera española de nuevo en la capital jienense en lugar preferente y ante miles de ciudadanos en unas jornadas emotivas y vibrantes. Estas mismas fuerzas partirían pocos meses después para tierras lejanas de Afganistán.
Margarita Hierro, Ángel Luis Cózar y Jesús Ruiz de Burgos junto al C.L Iván Castro |
Pues bien, el 12 de Marzo recibo una llamada de D. Alfonso Rojas en la que comenta con visible preocupación, de la gravedad del Caballero Legionario que fue herido en combate y que lejos de ser una herida leve, como se dijo al principio, es una herida fea, dolorosa y grave. Enterados que estaba ingresado en el Hospital Gómez Ulla de Madrid convenimos en acercarnos a visitarle lo antes posible, una vez que ha salido de la UCI y ha pasado a planta. Rápidamente movilizamos los resortes, y decidimos visitarle al día siguiente, allí nos presentamos portando una emotiva carta escrita por el Presidente de la Asociación de Amigos de las FF.AA y un ramo de flores rojas y amarillas abrazadas por un lazo con la bandera nacional, todo ello por encargo del presidente. Una vez en la habitación 117 nos encontramos en la puerta a un sargento de La Legión que está custodiando al herido, nos saluda militarmente y a continuación se encontraba la familia del CL Iván Castro Canovaca, su padre, Antonio, su madre Marisa, su hermano Marcos y su esposa, embarazada de 8 meses.
Al acercarme a él vi un hombre joven, con barba fina y buen aspecto general, con una herida de bala en el cuello que le atravesó el pecho de lado a lado y con el proyectil aun alojado en su joven cuerpo, le tendimos la mano sin saber si podría dárnosla, el tenia fuerzas suficientes para hacerlo. Nos presentamos las 3 personas que íbamos a visitarle y le entregamos el ramo de flores diciéndole que era un homenaje del "Círculo de Amigos de las Fuerzas Armadas", por su noble y valiente acción, el sonrió y lo agradeció. Le pregunte si podía leer la carta que portaba o prefería que lo hiciese yo mismo, él con un sencillo gesto indicó que le costaba hacerlo. Se la leí con todo detenimiento, al final todos estábamos emocionados. El sonrió y dijo que no lo iba a olvidar y nos contó brevemente su experiencia como si tal cosa, haciendo alarde de su sencilla y noble valentía.
Su familia entrañable decía que se sentía muy feliz de ver de vuelta a su hijo con vida de aquel inhóspito lugar. Ni una queja, ni un comentario negativo, por el contrario y como si estuviesen imbuidos del espíritu de su hijo, aceptaban ese riesgo en defensa de los intereses de España. Su padre me enseño los tatuajes que en su cuerpo lleva Iván, El Cristo de la Buena Muerte, el escudo legionario y una mención de su compromiso con España , casi nada. Solo pude decirle a él y a sus padres después de firmar todos en el libro de visitas, que podían sentirse orgullosos de dar a España hijos con tan altos valores.
Fdo: Ángel Luis Cózar
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