(Concluyen con
gran éxito los actos conmemorativos del VIII Centenario)
Con una brillante Jura de
Bandera concluyeron los actos conmemorativos del VIII Centenario de
la Batalla de Las Navas de Tolosa el pasado día 16. Alrededor de un
centenar de ciudadanos de La Carolina juraron bandera o renovaron
juramento. Fue una Cía. del Regimiento de Infantería La Reina 2,
perteneciente a la BRIMZ Guzmán el Bueno X, con base en Cerro
Muriano (Córdoba) la encargada de cubrir el emotivo acto que fue
presidido por el TGRAL Excmo. Sr. D. Alfonso De la Rosa Morena, jefe
del CESEDEN y al que asistieron el COMIL y GEBRIMZ X Excmo. Sr.
GRAL. de Brigada D. Teodoro Baños Alonso, el Ilmo. Sr. Coronel
SUBDEF en Jaén D. Cándido Alonso Diez, El Ilmo. Sr. Coronel efe del
RIMZ La Reina 2 D. José Mª Granero Escudero, el Ilmo. Sr. Jefe de
La Comandancia de la Guardia Civil de Jaén TCOL. D. Fº Javier
Almiñana Boluda, y otras miembros de nuestras Fuerzas Armadas,
además de la Corporación Municipal con su alcalde Ilmo. Sr. D.
Francisco Gallarín Pérez al frente y el Subdelegado del Gobierno de
la Nación Ilmo. Sr. D. Juan Bautista Lillo Gallego así como
numerosísimo público entre el que se encontraba miembros del
Círculo de Amigos de las Fuerzas Armadas y presidentes de otras
asociaciones afines.
Desfile del RIMZ La Reina nº 2 tras la Jura de Bandera en la tarde del 16 de julio |
Por la mañana habían
tenido lugar diversos actos entre los que destacar la santa Misa, la
entrega de las llaves de la ciudad y la inauguración del Monumento
conmemorativo de la Batalla al que asistieron numerosas
personalidades y autoridades. Por la mañana llegó el Excmo. Sr.
García Margallo, ministro de asuntos exteriores así como una
representante de la Junta de Andalucía. Finalmente la gran ausente
fue una vez más en esta provincia la Casa Real.
Acto de entrega de llaves de la Ciudad el día 16 de julio por la mañana |
Autoridades en la inauguración del monumento en la mañana del día 16 de julio |
En días anteriores
numerosos actos culturales habían tenido lugar así como la
interesantísima recreación de la Batalla por grupos de recreación
histórica venidos de diversos lugares de España.
Recreación de la Batalla de las Navas de Tolosa |
Esta es nuestra historia, estos hechos como tanto otros marcaron nuestro destino y también lo que somos, nuestra cultura, nuestra creencias, nuestras tradiciones y nuestra forma de vivir, con nuestros errores y nuestro aciertos, y hoy los conmemoramos con todo el respeto a otros pueblos, a otras culturas pero desde la noble tarea de recordar a nuestros antepasados, a todos aquellos que un día entregaron la vida en defensa de lo que consideraron mejor para su País.
A continuación publicamos un
interesantísimo artículo escrito por nuestro compañero Eduardo
López Aranda al que felicitamos.
………… DE
LAS NAVAS DE TOLOSA
Es
difícil encontrar hoy día a una persona –por iletrada que sea-
que no haya oído hablar del 4 de Julio, fecha de la Declaración de
la Independencia de los Estados Unidos de América, hace 236 años.
El pueblo americano ha sabido ser consecuente y agradecido con
aquellos episodios que dieron lugar a lo que hoy son: un pueblo que
se muestra orgulloso de su bandera no sólo en los mundiales y en las
“eurocopas” y que tienen como tesoro más preciado esa
“minihistoria” de poco más de doscientos años pero que, en
definitiva, es la que les dio el status de nación y el espíritu
patriótico que cada americano, sin excepción, lleva impreso.
El
16 de julio de 1212, medio milenio antes que existieran los
americanos, en nuestra patria ocurrió otro hecho trascendental que
fue el basamento para que España acabara dos siglos después con
ocho de invasión musulmana; invasión pura y simplemente.
Hoy
se nos quiere hacer ver que la batalla fue consecuencia del fracaso
de una política de convivencia. Nada más lejos de la realidad. Los
reyes navarro, aragonés y castellano, se enfrentaron a quienes aún
hoy no han separado el Reino de Dios y el Reino de los hombres y
todavía (El Cairo 1990) suscriben la Declaración de los derechos
humanos del Islam donde subordinan todas las leyes humanas a la
Sharia o ley coránica. Aquellos que guiados por su ley divina aíslan
a las mujeres por el hecho de serlo o exterminan, sin más, a los que
no creen en su Dios (véanse los coptos en Egipto o los casos de
Nigeria o Sudán). De convivencia pacífica, nada de nada. Eso de las
tres culturas es la gran mentira que oculta la realidad última de
Al-andalus donde los no musulmanes carecían de derechos y eran
tenidos como súbditos. Es verdad que el arte, la ciencia y la
literatura árabes enriquecieron al acervo cultural español y
contribuyeron a su progreso pero eso no puede, jamás, ocultar la
realidad cotidiana y barnizar los hechos con la pátina de la
moderación y la supuesta tolerancia islámica, pues para nada era
así.
Además
del enfrentamiento con el invasor, la Batalla de las Navas de Tolosa
aporta un dato esclarecedor y es que hace ya ocho siglos que la idea
de nación (expresión concreta y no “concepto discutido y
discutible”) impregnaba la actuación y el modo de vida de nuestras
gentes de manera que ese sentimiento de unidad palpitaba con fuerza,
siendo para ejemplo de mezquinos separatistas sin amplitud de miras
un vasco –Don Diego López de Haro- el que mandaba la primera línea
ofensiva frente al moro y los navarros los que entraron hasta el
núcleo de las tropas sarracenas obligando a huir a Miramamolín.
Mucho
podemos aprender de este hecho:
Que
la convivencia pacífica no existía como se nos quiere hacer ver en
una tergiversación histórica políticamente correcta tal y como se
escribe o se enseña en un feo “centro de interpretación”, más
parecido a una torre de entrenamiento, en el que en su recorrido se
nos presentan a unos castellanos rudos y toscos que por puro capricho
emprendieron una guerra contra las almas cándidas que nos
invadieron; centro, por cierto, lleno de reproducciones anacrónicas,
como las espadas curvas que no utilizaban para nada los árabes en el
siglo XIII o los guanteletes cuya aparición se corresponde con la
época tardo-medieval / renacentista, por poner algunos ejemplos.
Que
el sentido de unidad de la nación ya existía de hecho, dejando de
lado los reyes los múltiples problemas internos de sus reinos y
potestades para, en un frente común, destruir al imperio almohade.
Un sentimiento español que ya podemos comprobar en la
correspondencia de, por ejemplo, el conde de Barcelona que
mencionaba a España en sus cartas.
Que
aquel hecho tuvo como consecuencia el repliegue de Al-andalus que
tendría su culmen con la toma de Granada a manos de los Reyes
Católicos y la expansión de España por los cinco continentes (la
única nación que ha conseguido esto en la Historia Universal puesto
que Inglaterra no extendió su imperio en Europa).
Que
aquellos hombres, sin todavía ser nación instituida, han de ser
recordados como héroes y como símbolo del orgullo de ser español,
de la unidad de las tierras de España y de la resistencia al invasor
que pretendía hacer desaparecer nuestro pueblo de la historia.
Que
tenemos que aprender que aquella batalla gloriosa fue el germen del
futuro de la Patria y del Imperio español que la siguió, precioso
legado del que hemos de sentirnos, cada día que amanece, orgullosos
y agradecidos a aquellos que aquel día y los que después vinieron
hasta nuestro tiempo, dieron la vida por España: ni más ni menos,
que por España. Y tenemos la grave responsabilidad de transmitir a
nuestros hijos este legado para que sepan que los hombres y mujeres
de muchas generaciones han dejado el don más sagrado del hombre
esparcido por las tierras de España y del resto del mundo en defensa
de la unidad que hoy quiere ser destrozada por los que no miran más
allá de un terruño que lo es gracias a la propia unidad nacional de
la que forma parte.
Que
es lamentable, indignante y desesperanzador que ni el Gobierno de la
Nación (aún teniendo en cuenta la exigua representación) ni la
Corona hayan sido capaces de respaldar con su presencia el hecho por
el que –no lo duden- son lo que son.
¿Se
imaginan que en Estados Unidos tuviesen la ocasión de celebrar una
efeméride como esta que en España está siendo obviada por quién
más le debe?
Algo
parecido pasó con la conmemoración de la Guerra de la
Independencia... pero de eso ya hablaremos.
¡Feliz
octavo centenario!
Eduardo López Aranda
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