La víspera del Corpus Christi de este año, en Madrid, en la Santa
Misa en la que estaba participando, el sacerdote inevitablemente
habló de la crisis que hoy nos atenaza; y se refería ese hombre a
que esta crisis es consecuencia directa de la de valores que el mundo
ha ido, si no perdiendo de forma definitiva, sí apartando de sus
esquemas cotidianos puesto que aquellos representan un obstáculo en
el desarrollo relativista de la sociedad actual.
No se trata, en absoluto, por la incapacidad del que les escribe, de
analizar pormenorizadamente el relativismo moral de hoy pero sí
intentaremos poner de manifiesto que aún existe un rescoldo de
honor, sacrificio, lealtad, austeridad, disciplina, abnegación y
espíritu benemérito en una nación como la española que,
desgraciadamente, ha ido dejando de lado aquellas actitudes y formas
de ser que han aquilatado una historia, con más bueno que malo y
ejemplo indubitado de generaciones venideras y estímulo para la
presente.
¿Y toda esta batallita para qué? Pues, simplemente, para decir que con
el corazón henchido de orgullo y con la espada y el hacha con el haz
de lictores formando parte de mi código genético proclamo en voz
alta que esos rescoldos que más arriba se mencionaban se hacen
llama viva y fuego irreductible en la Guardia Civil.
Un guardia civil no es alguien que pertenece a un colectivo laboral,
algo de sencillo de expresar y difícil de explicar. El guardia
civil es el español que voluntariamente ha ingresado en el
Benemérito Instituto y que se sabe depositario y heredero de una
gloriosa tradición forjada con el sacrificio, entendido como la alta
expresión del cumplimiento del deber más allá de lo que éste
impone, en una preciosa subordinación del interés propio hacia el
ajeno. El sacrificio solo puede tener lugar cuando en el alma está
arraigada la lealtad que hoy brilla por su ausencia porque muy pocos
son capaces de permanecer fieles a aquello por lo que se han
comprometido o, incluso, han jurado para después traicionarlo sin el
más mínimo pudor. Pero el guardia civil sí es capaz de
sacrificarse con la lealtad propia del que sublima su vida y su ser
por una patria y todo lo que ello significa.
Y porque es capaz de sacrificarse con lealtad a un ideal de
servicio, el alma del guardia civil es un todo benemérito ya que es
capaz de hacer el bien a los demás sin mirar a quién o por qué; es
la potencia primera que inspira un modo de ser austero que tiene como
fin último la altísima meta del cumplimiento del deber, con una
abnegación que es algo consustancial al guardia civil; algo así
como el tricornio, seña de identidad inequívoca de los hombres de
Ahumada que con ejemplar disciplina han sabido conservar intacta la
“Cartilla” fundacional, ejemplar “tratado” de ética. La
abnegación del guardia civil es el cumplimiento diario de lo que se
le encomienda, sin alharacas ni fastuosidades. Y en ese desempeño
callado de lo habitual es donde reside la grandeza del Servicio de la
Benemérita pues es donde lo ordinario se eleva a lo extraordinario,
lo natural a lo sobrenatural y lo pequeño se transforma en heroico.
¡Qué lección venimos presenciando desde hace más de ciento
cincuenta años!
Abnegación, sacrificio, lealtad, compañerismo… términos que se
funden en el crisol del compromiso libremente adquirido para que
nazca el honor, “la principal divisa” de la Guardia Civil, al que
están aferrados cada uno de los hombres y mujeres que la integran
conscientes de que una vez perdido, no hay posible y ulterior
satisfacción y el daño causado puede ser irreparable.
Estos valores tienen que nutrirse de la naturaleza militar de la
guardia Civil. Un guardia civil que no es militar será lo que tenga
que ser; todo menos guardia civil. Porque la esencia de la Guardia
Civil es la perfecta simbiosis entre unas virtudes que adquieren su
máxima expresión en la milicia, en la disciplina castrense, y el
trabajo especializado basado en aquellos principios. Del alma militar
del Duque de Ahumada solo podía surgir algo como la Guardia Civil,
pues la milicia garantiza como nadie la cohesión necesaria para
cumplir -con éxito en todo el territorio- su misión de forma
eficaz.
Estamos inmersos, repito, en una feroz crisis de valores pero no hay
más que volver la mirada hacia la Guardia Civil. Ellos son el
orgullo de sus familias, de sus seres cercanos y de la Patria entera
porque han heredado unos valores que conservan como su bien más
preciado, transmitiéndolo a los que les suceden desde la más
humilde y recóndita casa-cuartel hasta el más sofisticado edificio
en el que minuto a minuto, hora a hora, día a día velan por todos y
cada uno de nosotros, sin excepciones, partidismos ni favoritismos de
ningún tipo, sino todo lo contrario ya que se trata de la vela
amorosa por España.
Y
porque es por España y porque como dijo un santo de nuestros días:
“el árbol de la felicidad tiene sus raíces en forma de cruz”,
la Guardia Civil sin su cruz no sería la Guardia Civil. La cruz de
los caídos a manos de delincuentes, terroristas o en otros actos de
servicio es el símbolo vencedor desde el que la gloriosa Guardia
Civil oficia cada día su sagrada liturgia de amor a España sobre el
ara con la sangre de sus muertos que gozan de la eterna felicidad en
el maternal regazo de la Virgen del Pilar a cuya intercesión acudo
para que vele por estos hombres y mujeres de bien y para que nuestra
Patria sepa pagar la enorme deuda que tiene contraída con la Guardia
Civil.
¡Viva España! ¡Viva honrada la Guardia Civil!
Eduardo López Aranda
(Círculo de Amigos de las Fuerzas Armadas)
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En los tiempos que corren, pasar de la política y echar mano de lo que nos une, de los valores sobre los que nos inspirarnos, sin complejos, y desde lo mejor de nosotros mismos, ¡ya es un hecho cuando menos respetable!... ¡Ahí va eso!:
JAÉN VA A RENDIR EL MAYOR HOMENAJE QUE NUNCA SE HAYA HECHO EN ESPAÑA A LA GUARDIA CIVIL.
Desde
el Círculo de Amigos de las Fuerzas Armadas, animamos a la
ciudadanía a participar y colaborar en el Súper homenaje a la
Guardia Civil que en Jaén haremos en la última semana de septiembre
de 2012 (del 24 al 29 de septiembre).
Aquellas personas
que voluntariamente quieran hacer aportaciones para esta iniciativa
del monumento y homenaje a la Guardia Civil (subscripción popular),
pueden hacerlo a través de la CC:
Circulo
de Amigos de las Fuerzas Armadas 3067 0100 26 2101086821.
(Oficina principal de Caja Rural en Jaén).
Concepto: Monumento-Homenaje a la Guardia Civil
Circulo
de Amigos de las Fuerzas Armadas
Jaén
Enhorabuena por el artículo. Susrcribo de principio a fin su contenido.
ResponderEliminarUn abrazo de hermanos.
Fernando Gámez de la Blanca: Presidente de HABeCu-Provincial, Sede de Úbeda.-