La lluvia impidió desfilar a la Guardia Civil en el acto central de su homenaje
30.09.12
LORENA CÁDIZ | JAÉN
Información tomada de IDEAL/JAÉN
Primero tenían que haber izado la bandera de España, por la mañana, en la plaza de Santa María, pero la lluvia lo impidió. Y después, por la tarde, tenían que haber desfilado por las calles de la capital, pero el mal tiempo redujo finalmente el acto central de homenaje a la Guardia Civil, organizado por el Círculo de Amigos de las Fuerzas Armadas, al espacio del Aula Magna de la Universidad de Jaén. Aún así, el alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, anunciaba ayer en su discurso durante el acto, que habrá desfile, en cuanto el tiempo lo permita, para que los jienenses puedan disfrutar de algo que estaban esperando.
Formación a cubierto de la Guardia Civil antes de ser revistada por el Director General de la Beneméria |
Fue precisamente el alcalde el encargado de inaugurar el acto y lo hizo transmitiendo a la Benemérita «el cariño de todos los jienenses por el trabajo de seguridad ciudadana y de protección de los derechos». Fernández de Moya habló de «orgullo» jienense por el cuerpo, entre otras cosas, por hacer de la capital una de las ciudades más seguras de España. «Hoy es un día grande para Jaén y la lluvia no va a deslucir el honor que la Guardia Civil se merece».
También tuvo una dedicatoria al idioma y una curiosidad: «en el Diccionario de la Real Academia Española, Benemérita significa 'digna de galardón' en su primer sentido y el segundo lo dedica, de manera especial, a la Guardia Civil.
Homenaje en el aula magma de la Universidad de Jaén |
El alcalde hizo hincapié en el papel ejemplarizante del Cuerpo, «su excepcional trayectoria de respeto a la legalidad vigente y su altura de miras son ejemplo para generaciones y, mucho más, en tiempos difíciles como los que vivimos». «Es necesario que la sociedad tome ejemplo de la lealtad a la patria que los ha hecho mártires. La sangre generosa de la Guardia Civil ha regado las tierras de España con un espíritu de sacrificio admirable», dijo, para a continuación dedicar un «respetuoso homenaje» a aquellos guardias civiles caídos en acto de servicio.
«Los valores mejores de la convivencia los practica la Guardia Civil como sustancia de su vida cotidiana, con la recompensa del deber cumplido. Los mejores valores de la España eterna, la que hizo verbo eterno en El Quijote, la que tiene a la Virgen del Pilar como ejemplo de devoción y espiritualidad».
Banderas
Durante el acto, que llenó el Aula Magna de la Universidad, el alcalde entregó la bandera de Jaén al teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén, Francisco Javier Almiñana, quien también recibió un guión de manos del subdelegado del Gobierno, Juan Lillo.
También las compañías territoriales de la provincia tuvieron su reconocimiento y los capitanes de las compañías de Baeza, Andújar, Martos, Beas de Segura, La Carolina y Jaén recibieron sus banderas de manos de los alcaldes de cada uno de esos municipios.
Llegó el turno del director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa Díaz del Río, que ayer presidía el acto. «Estos actos son el mejor premio, el reconocimiento ciudadano a su callada y abnegada labor». Recordó la historia de la Guardia Civil, ligada también a la de Jaén y dijo que el Cuerpo presta servicio al 60 por ciento de la población de la provincia, llevando «la ley y la libertad» a los territorios.
Con el recuerdo a los guardias civiles fallecidos en el asedio al Santuario de la Virgen de la Cabeza en la Guerra Civil, comenzaron las alusiones del director general a los temas de mayor actualidad. «Nadie daba un duro a finales de los años 70 del siglo pasado porque fuéramos capaces de conseguir una España como la que es hoy, a pesar de la grave crisis, deberíamos estar más orgullosos de lo que hemos conseguido, del Rey, de los líderes políticos y una Constitución que está hoy más viva que nunca, y que representa a todos, desde la española Galicia a la española Cataluña».
Fernández de Mesa habló de la necesidad de trasmitir ese esfuerzo colectivo a las nuevas generaciones para que sepan las dificultades que ha habido que superar hasta llegar a la España de hoy. Entre esas nuevas generaciones, los jóvenes alumnos de la Academia de Baeza. «Juventud sana y comprometida con su patria, dispuestos a darlo todo por la Ley».
«Los valores del Duque de Ahumada siguen de plena vigencia: lealtad, sacrificio, abnegación y vocación de servicio por encima del color político del gobierno de turno. Gobernará la derecha, gobernará la izquierda y la Guardia Civil seguirá al servicio de la patria».
Bandera de Jaén donada a la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén por el Círculo de Amigos de las FAS |
A los caídos
Las referencias a los guardias civiles que han perdido la vida en acto de servicio fueron constantes. El director general los recordó asegurando que «han dado su vida por todos los españoles, sean catalanes, andaluces o gallegos. A ellos rendimos un homenaje de gratitud eterno».
Ese homenaje se escenificó con la ofrenda de una corona de laurel a «los que entregaron su vida por España», a «aquellos que nos precedieron en el cumplimiento del honor».
Mientras la banda tocaba desde el coro del Aula Magna, dos guardias civiles transportaron la corona hasta un monolito de homenaje a los caídos, donde fue finalmente depositada por el alcalde de Jaén y el director general de la Guardia Civil. Terminado eso no podía faltar el himno del Cuerpo para despedir un acto que a su vez despide a todos los que han tenido lugar en los últimos días para rendir homenaje a la Benemérita, entre ellos el descubrimiento de un monumento en la segunda glorieta de la avenida de Andalucía de la capital.
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CRÓNICA 28 DE SEPTIEMBRE
El viernes, 28 de septiembre, no será un día más en la Historia de Jaén. La tan ansiada lluvia se derramaba fecunda sobre el viejo terruño jaenero también para desilusión de una ciudad entera que no podría ver por sus calles, por sus plazas, a la Guardia Civil haciéndose presente con su aire marcial en una evocación de la simbiosis plena entre Benemérita y pueblo.
No pudo ser, es verdad. Pero Dios escribe derecho con renglones torcidos. Desde primeras horas de la mañana, el Aula Magna de nuestra Universidad se transformó en improvisada Comandancia para organizar allí el acto principal del homenaje de Jaén a su Guardia Civil. Un continuo ir y venir de guardias y también del Presidente del Círculo que estos días –y permítemelo Alfonso- ha sido el mejor heraldo de la Guardia Civil pues con su incansable trabajo y abnegación hasta la saciedad afrontando dificultades y superando obstáculos de muy diversa índole, ha conseguido dar una lección de amor con mayúsculas a la Institución y a España, haciéndose merecedor del reconocimiento de todos nosotros, especialmente los que a su lado trabajamos por nuestras Fuerzas Armadas.
Sería prolijo enumerar a todos los guardias, oficiales y suboficiales que han cumplido como lo que son, como guardias civiles: ¡ni más ni menos! Mas sí quiero detenerme hoy en dos hombres: los comandantes Emilio Muñoz y Antonio García. Si hace unos días comentábamos la enorme capacidad del Teniente Coronel Almiñana, hoy tenemos que decir que con hombres como estos las cosas tienen que ser mucho más fáciles. Emilio y Antonio no trabajan, se entregan. Este viernes estaban extenuados y jamás en sus rostros y actitud se hizo notar el desaliento. Vino a mi mente, entonces, el pasaje evangélico en el que Jesús dice: “…Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas.(…) Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto”. A ellos no se les ha notado la fatiga acumulada, la preocupación ante las dificultades, el intenso despliegue de todo su saber y actuar para que los actos resultasen un completo éxito. Los dos, Emilio y Antonio ha ofrecido su mejor cara, han estado muy por encima de las circunstancias y las adversidades y han demostrado por qué llevan sus galones sobre el hombro. Hasta última hora, en el Aula Magna el Comandante Muñoz atendía casi en exclusiva a todos y cada uno de los asistentes y resolvía todas las cuestiones que le planteábamos sin un mal gesto y el Comandante García se hacía cargo de las tropas que bajo una persistente lluvia, formaban para rendir honores al Director General de la Guardia Civil como culminación de una labor ardua, generosa pues no espera nada a cambio porque tienen muy claro que están cumpliendo con su deber eso que, por desgracia, hoy no es moneda de cambio habitual.
Pero no es hora de agradecimientos. Esos ya vendrán. Lo prometo.
Es hora de sacar sentimientos a la luz. No podemos saber como hubiera resultado el acto en la Plaza de Santa María –seguramente brillante- pero sí podemos decir que en un espacio cerrado, reducido, no proclive por su propia esencia a la grandeza de lo que ayer surgió allí, para nada se echó de menos el inicial propósito.
Que el Alcalde de Jaén volviese a estar magnífico en su intervención no es una sorpresa pues siempre está a la altura de las circunstancias, sea donde sea.
Acto de homenaje a los caídos. Universidad de Jaén |
Sí fue impresionante el discurso del Excmo. Sr. Director General de la Guardia Civil. Ya hacía falta oír palabras de este tipo. La indiscutible unidad de la Patria, remarcada en varias ocasiones supuso un alivio en estos momentos de insensatez secesionista. La dilección por la Guardia Civil fue el leitmotiv de un relato cargado de emotividad que provocaba que en la mente se agolparan sentimientos de gratitud por la abnegación que nace de la vocación de servicio; emoción contenida por los caídos en el cumplimiento de su deber o arrancados de su puesto y de sus familias por la barbarie terrorista; orgullo por los hechos heroicos protagonizados por la Benemérita y el ejemplo para generaciones futuras de Cortés y los suyos; agradecimiento por saber que hay hombres y mujeres que un día deciden hacerse guardia civil y entregarse a los demás en fraternal favor. Una participación la del Director General que puso de manifiesto que la Guardia Civil está por encima de ideologías, modas y tendencias pasajeras porque el espíritu de este Cuerpo impregna su labor de salvaguarda de España y sus gentes y ese espíritu sí es un valor permanente acrisolado a lo largo de los años.
La palabra aquí resulta escasa. Todo lo que brota del corazón es inabarcable en un puñado de vocablos. Y cuando preparada la mente por un discurso henchido de amor a España y a la Guardia Civil; entregados los banderines a las Compañías de la provincia y el Guión de la Comandancia formados en torno al monolito que recuerda a los caídos; a los acordes de ese sublime canto en el que por auténtica inspiración divina se nos dice que la muerte no es -en absoluto- el final porque ha sido vencida por el que en Sí mismo es Vida; atenazada la emoción las gargantas que a duras penas emiten sus notas; avanzando la corona de laurel hacia el lugar de honor a su paso, lento, solemne, sentido, recordando a los que ya se fueron de correría a unos campos que hablan de eternidades.
Se rinden banderines y guiones al toque de oración. Jamás he visto unos hombres más hombres que ahora, cuando lloran y de sus corazones brotan recuerdos y presentes, suspiros y sollozos, alma entera entregada a un uniforme, a un estilo de vida, a una causa que tiene su razón primera en España.
Así es la Guardia Civil. Así hace vibrar nuestros corazones.
Eduardo López Aranda
Circulo de Amigos de las FAS
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